miércoles, 9 de julio de 2008

Un destino, una canción


Mis historias sin finales

que no puedo terminar
el dolor y tantos males
que no pueden culminar
los cuentos mal contados
mis pesares colmarán.

Empezó aquella noche
tantas lágrimas y azar
las mentiras comprendidas
en sus cárceles de sal
las canciones mal heridas
por la ingenuidad del mal.

Aceptando mis derrotas
concentrando mi temor
recogiendo las bellotas
de sus árboles de sol
sus visiones tan remotas
con sonidos de tenor.

Mis recuerdos infinitos
junto a sueños y rencor
mis raíces tan proclives
a las fallas y el error
tan víctimas de mis duelos
tan serviles al terror.

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